Te conseguí la luz del sol a medianoche y el número después del infinito, e instalé la Osa mayor en tu diadema y tu seguías ahí como si nada.Endulcé el agua del mar para tu sed,te alquilé un cuarto menguante de la luna, y como buen perdedor busqué en la cama las cosas que el amor no resolvía.
Y como duele que estés tan lejos...
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